La ansiedad infantil es un trastorno psicológico que suele estar relacionado con situaciones sociales incómodas. La ansiedad no solo es cosa de personas adultas. Nada más lejos de la realidad. Los niños, sobre todo, en plena adolescencia, suelen ser sensibles al rechazo por sus iguales y llevarles a perder el control de la situación.

Es importante que los padres y educadores detecten cualquier síntoma de malestar para evitar que su problema se haga mayor. Se necesitan profesionales especializados en psicología infantil, que puedan ayudar tanto a los niños como a los padres a reconducir la situación. Ahora puedes formarte de manera online con nuestro Máster en Psicología en la Infancia y Adolescencia + Máster en Psicología en el Ámbito Educativo. Te recomendamos que le eches un vistazo si quieres dedicarte a detectar y solucionar los trastornos psicológicos de los más pequeños.

Cómo detectar la ansiedad infantil

Como decimos, es importante que las personas que continuamente están en contacto con el niño detecte cualquier síntoma de malestar. Cuanto antes se identifique, antes podemos ayudarle.

Igualmente existen diferentes síntomas que indican cuando un niño o adolescente necesita ayuda psicológica. Pero todos ellos, suelen estar motivados por el miedo.

Síntomas más frecuentes

Uno de los miedos que suele desarrollar algún tipo de ansiedad en los niños es enfrentarse a los compañeros de clase. Si día tras día se niega ir a clase o a realizar actividades extraescolares, puede que debamos  plantearnos qué le está ocurriendo. Siempre hay excepciones, pero lo que suele pasar en estos casos es que intentan evitar relacionarse con otros niños.

Otro de los síntomas de alerta son la dificultad para dormir, nervios, problemas para concentrarse, tensión muscular o incluso si les cuesta separarse de los padres. Si ocurre esto, es porque algo le preocupa.

Formas de abordar la ansiedad en los niños

Podemos ayudarles a solucionar su problema de diferentes maneras. Una de las vías es recurrir al tratamiento psicológico. En casos complicados puede ser lo mejor.

Pero el apoyo de los padre también es crucial. Es importante que conozcan una serie de pautas para saber cómo abordar la situación. Conviene que estén bien informados sobre la ansiedad infantil porque si conocen las posibles causas, les será más fácil ponerse en su lugar y ayudarle. También es fundamental que participen activamente en el tratamiento del niño si deciden ponerlo en manos de un especialista. Y sobre todo, mantener una actitud constructiva y positiva sobre sus dificultades y progresos.