Los ejercicios para Parkinson son una parte fundamental del tratamiento para mantener la movilidad, la fuerza y la calidad de vida. Un abordaje efectivo debe incluir estas actividades físicas para ayudar al paciente a mantener un estado de salud óptimo y frenar el avance de la enfermedad lo máximo posible.
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Importancia de los ejercicios para Parkinson
La práctica regular de ejercicio tiene múltiples beneficios para personas con esta enfermedad neurodegenerativa. En primer lugar, ayuda a mantener la movilidad y flexibilidad de las articulaciones, reduciendo la rigidez y mejorando la coordinación. Segundo, el ejercicio puede aumentar la fuerza muscular, lo que es esencial para realizar actividades diarias y prevenir caídas.
Otro beneficio significativo es la mejora del estado de ánimo y al reducción se los síntomas depresivos, comunes en personas con Parkinson. Se trata de una práctica que tiene su impacto, también, en la mejora de la calidad del sueño y el aumento de los niveles de energía.
Qué ejercicios son buenos para el Parkinson
Algunos de los ejercicios que son buenos para el Parkinson son:
- Estiramientos. Los ejercicios de estiramiento mantienen la flexibilidad y reducen la rigidez muscular. Algunos ejemplos claros de ello son los estiramientos de cuello y hombros, los de brazos y piernas y los de espalda baja.
- Ejercicios de fuerza. Prácticas como levantamiento de pesas ligeras, sentadillas y ejercicios de resistencia con bandas elásticas son muy útiles para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.
- Ejercicios aeróbicos. Gracias a la actividad aeróbica la persona puede mejorar la salud cardiovascular y mantener un peso saludable. Algunas opciones para ello son caminar, bailar o nadar.
- Ejercicios de equilibrio. Como por ejemplo el Tai Chi, el yoga y las actividades de equilibrio específico. Son buenas para prevenir caídas.
- Ejercicios de coordinación. Mejoran la conexión entre la mente y el cuerpo e incluyen actividades como el boxeo sin contacto, el baile y los juegos que requieren coordinación mano-ojo.
- Ejercicios de movilidad. Incluyen movimientos como girar el tronco, flexionar y extender las extremidades y ejercicios específicos de movilidad articular. Son buenos para la amplitud de movimiento y la flexibilidad de las articulaciones.
¿Cómo mejorar la rigidez en el Parkinson?
La rigidez muscular es uno de los síntomas más debilitantes del Parkinson. Para mejorarla, algunas estrategias y ejercicios permiten trabajar esta área. Por ejemplo, los estiramientos regulares diarios ayudan a mantener los músculos flexibles y reducir la rigidez.
También son útiles los ejercicios de amplitud de movimiento, los masajes terapéuticos, la terapia de calor y la hidroterapia. Estas prácticas contribuyen a la mejora de la calidad de vida de la persona. Además, recurrir a programas de ejercicios dirigidos por profesionales aborda las necesidades específicas de cada individuo.
¿Cómo mejorar el equilibrio de una persona con Parkinson?
La pérdida de equilibrio puede conllevar caídas y lesiones. Así, ¿cómo mejorar el equilibrio de una persona con Parkinson? Estos ejercicios pueden ser de utilidad:
- Ejercicios de equilibrio. Pararse en un pie, por ejemplo. Intentar mantener el equilibrio en un pie durante 10-20 segundos, luego cambiar al otro pie. También es útil la caminata en línea recta, poniendo un pie directamente frente al otro, como si caminara sobre una cuerda floja.
- Tai Chi. La práctica del movimiento lento y controlado ha demostrado ser efectiva para mejorar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas con personas con Parkinson.
- Yoga. Mejora la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. Posturas como el árbol y la montaña son particularmente útiles para trabajar el equilibrio.
- Ejercicios de fortalecimiento del tronco. Incluye abdominales, planchas y los ejercicios de pilates, que pueden ayudar a fortalecer los músculos del tronco.
- Entrenamiento de reacción. Practicar respuestas rápidas a estímulos externos puede mejorar la capacidad de mantener el equilibrio. Algunos ejercicios para ello son atrapar una pelota mientras se está de pie o cambios rápidos de dirección al caminar.
- Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede ayudar a desarrollar estrategias y utilizar dispositivos de asistencia para mejorar el equilibrio y la seguridad en el hogar y en la comunidad.
- Practicar la marcha consciente. Prestar atención a la forma de caminar, asegurándose de levantar los pies correctamente y balancear los brazos puede ayudar a mejorar el equilibrio.
- Ejercicios con balón de estabilidad. Sentarse y realizar ejercicios con un balón de estabilidad puede desafiar el equilibrio y fortalecer los músculos centrales, lo que es crucial para la estabilidad.
Los ejercicios para Parkinson pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas que sufren esta enfermedad. ¿Te gustaría conocer más acerca de las enfermedades neurodegenerativas? Especialízate con la Escuela de Postgrado de Psicología y psiquiatría. ¡Inscríbete!