El sobreentrenamiento aparece cuando nos exigimos más de nuestra capacidad de recuperarnos. Algunos de los síntomas del sobreentrenamiento frecuentes incluyen agotamiento, dolores musculares, falta de concentración o insomnio, pero sus efectos pueden ir mucho más allá. Hoy te contamos cuáles son las señales que indican que se está entrenando demasiado para que puedas corregirlo a tiempo y detectar por qué el deportista se está exigiendo por encima de sus necesidades.

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Síntomas del sobreentrenamiento

Cada deportista puede sentir las señales de manera distinta, aunque existen algunas manifestaciones comunes que nos ponen sobre aviso. Estas incluyen los siguientes síntomas del sobreentrenamiento:

Agotamiento

Si te levantas cansado, esa debería ser la primera señal de alarma. Muchas veces no se tiene en cuenta este síntoma y se suele atribuir a que, sencillamente, se ha dormido mal. El cansancio generalizado es el que también oculta el resto de síntomas: mientras el deportista cree que simplemente tiene un ligero agotamiento, en realidad es la prueba de que se ha pasado con el entrenamiento.

Insomnio

Si no se puede conciliar el sueño a pesar de haber entrenado, puede que se deba a una sobreexcitación del sistema nervioso simpático. Este se encarga de dar la señal de alarma a nuestro cuerpo ante situaciones de estrés, lo que nos impide descansar ya que estamos en estado de alerta.

No progresas

Cuando se sigue un plan de entrenamiento es muy fácil ver en qué momento un deportista se ha quedado estancado. Nota cómo se reduce su rendimiento y aumenta la dificultad para alcanzar los objetivos que se marca. Esta señala puede indicar que ha estado sobreentrenando.

Dolores musculares y lesiones

El descanso permite que el cuerpo se regenere, se recupere y se adapte al esfuerzo que ha realizado en un entrenamiento. Cuando no se descansa lo suficiente, el cuerpo lo nota y se resiente, por lo que si se empieza a notar que hay pequeños dolores como punzadas o calambres, conviene estar alerta.

Enfermedades frecuentes

Si se sufren catarros, enfermedades, infecciones o gripo con más frecuencia de lo habitual, puede que el exceso de ejercicio sea la causa. Cuando el cuerpo está resentido es posible que el sistema inmune se vea afectado.

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Falta de concentración

El mal humor y la apatía pueden aparecer cuando se está sobreentrenando. De hecho, es un síntoma claro. Esto se debe a que se está sometiendo al cuerpo a una continuada situación de estrés, lo que aumenta el cortisol, la hormona que prepara el cuerpo para una situación de ‘huida’. Además, esta hormona se asocia con la irritabilidad.

Aumento de peso

En la misma línea, si tras mucho entrenar no adelgazas, sino que engordas, esto es a causa del estrés y el aumento de cortisol. Esta hormona también provoca el aumento de glucosa a la sangre y hace que el páncreas segregue insulina para reducirla, algo que es insuficiente debido a la continua segregación de cortisol. Finalmente, el exceso de glucosa se convierte en grasa.

Exceso de sed

Este se debe a un estado catabólico. El cuerpo necesita más energía, no recibe suficientes nutrientes y termina por alimentarse de sus propios tejidos consumiendo el músculo y acabando progresivamente con la masa muscular. Y una de las señales que nos alerta de ello es la deshidratación.

Mayor frecuencia cardíaca en reposo

Finalmente, encontramos otro de los síntomas más claros de sobreentrenamiento que nos indica que el cuerpo ya no puede más. Las pulsaciones por minuto que presenta una persona recién levantada pueden interpretarse como la línea base de modo que, si en la misma situación se da un aumento, puede indicar que el cuerpo no está completamente recuperado.

Ante estas situaciones lo mejor es ayudar al deportista a entender que no por más entrenar, sus resultados serán mejores. Muchas veces el sobreentrenamiento es la consecuencia de un problema de motivación, de una dificultad psicológica para afrontar un reto o de la incapacidad de gestionar un fracaso.

Por ello, el trabajo del psicólogo deportivo y el coach es fundamental para prevenir la aparición de estos síntomas y orientar al atleta para que aprenda a gestionar la frustración de un modo más saludable para su cuerpo.

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