La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro percibido. Se manifiesta a través de síntomas físicos y emocionales que pueden variar en intensidad y duración. Uno de los conceptos utilizados para entender cómo funciona es la curva de la ansiedad, que ilustra cómo esta aumenta, alcanza un pico y disminuye. ¿Nos acompañas para saber más?
Índice de contenidos
¿Qué es la curva de la ansiedad?
La curva de la ansiedad describe la evolución temporal de los síntomas de ansiedad a medida que una persona enfrenta una situación estresante. Imagina una curva en un gráfico: comienza en un nivel bajo, se eleva a medida que una persona enfrenta una situación estresante. Imagina una curva en un gráfico: comienza en un nivel bajo, se eleva a medida que la ansiedad aumenta, alcanza un punto máximo y luego comienza a descender cuando la ansiedad disminuye.
Se trata de un concepto muy útil para entender cómo la ansiedad no permanece constante, sino que tiene un patrón predecible de aumento y disminución. Veamos a continuación cómo funciona paso a paso.
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¿Cómo funciona la curva de la ansiedad?
La curva de la ansiedad funciona como un reflejo de la activación y desactivación de los sistemas fisiológicos y emocionales del cuerpo en respuesta a un estímulo ansiógeno. Es un patrón normal y esperado en la respuesta al estrés, y comprenderlo puede ayudar a las personas a manejar mejor su ansiedad sabiendo que, aunque los síntomas pueden ser intensos, eventualmente disminuirán.
Estas son las 4 fases de la curva de la ansiedad:
1. Inicio: exposición a un estímulo ansiógeno
La curva de la ansiedad generalmente comienza en un nivel bajo o moderado cuando una persona se enfrenta a un estímulo que desencadena su ansiedad. Este estímulo puede ser una situación, un pensamiento o incluso un recuerdo que el cerebro percibe como amenazante.
2. Crecimiento: aumento de la ansiedad
A medida que la persona se aproxima o experimenta el estímulo ansiógeno, la ansiedad comienza a aumentar. Este aumento se debe a la activación del sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para enfrentar o escapar del peligro (la respuesta de “lucha o huida”). Los síntomas físicos pueden incluir palpitaciones, sudoración, temblores y una respiración más rápida. Emocionalmente, la persona se siente inquieta, preocupada o abrumada.
3. Pico: máximo nivel de ansiedad
La curva de la ansiedad alcanza su pico en el punto de máxima ansiedad. En este momento, los síntomas son más intensos y la persona puede sentir que no es capaz de controlar la situación o que la ansiedad no desaparecerá. Este pico puede ser muy incómodo y, en algunos casos, es posible que conlleve ataques de pánico. Esto es más posible que ocurra en aquellos casos en los que la persona percibe que la situación es inescapable o incontrolable.
4. Descenso: reducción de la ansiedad
Después de alcanzar el pico, la ansiedad comienza a disminuir. Ocurre cuando el cuerpo y la mente comienzan a adaptarse al estímulo, o bien cuando el estímulo ansiógeno ya no está presente. Durante esta fase, el sistema nervioso parasimpático entra en acción, ayudando al cuerpo a relajarse y a retornar a un estado de calma. La persona puede comenzar a sentirse aliviada, a pesar de que los síntomas tardan un poco hasta que desaparecen por completo.
¿Cuánto dura la curva de la ansiedad?
La duración de la curva de la ansiedad varía considerablemente según la naturaleza del estímulo, la predisposición individual y las estrategias de afrontamiento que utilice la persona. Sin embargo, en términos generales, la curva de la ansiedad puede durar desde unos minutos hasta varias horas.
Veamos en mayor detalle los factores que influyen en la duración:
- Naturaleza del estímulo. Si el estímulo ansiógeno es breve y transitorio, como una llamada telefónica importante, la curva puede ser relativamente corta. Pero si se prolonga en el tiempo, como la espera de resultados médicos, puede durar horas o incluso días.
- Predisposición individual. Algunas personas tienen una mayor predisposición a experimentar ansiedad debido a factores genéticos, experiencias pasadas o trastornos de ansiedad preexistentes. En estos casos, la curva de la ansiedad puede ser más prolongada y difícil de manejar.
- Estrategias de afrontamiento. La duración de la curva de la ansiedad también depende de las estrategias de afrontamiento que la persona utilice. Técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, pueden ayudar a reducir la duración de la ansiedad.
Después de que la ansiedad ha disminuido, el cuerpo y la mente pueden necesitar tiempo para recuperarse completamente. Aunque los síntomas agudos pueden desaparecer en minutos u horas, puede que la persona sienta fatiga, tensión muscular o ‘resaca’ emocional durante un tiempo.
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