Trabajar para mejorar la estabilidad emocional puede ser una experiencia gratificante y muy beneficiosa. Saber cómo manejar las emociones puede ayudarte a gestionar los sentimientos negativos y te capacita para afrontar adversidades de la vida y conflictos internos. 

Uno de los propósitos de Año Nuevo más recurrentes es mejorar nuestra salud mental. Para ello, te traemos estos consejos básicos que te ayudarán a mejorar tu estado de ánimo. Si quieres aprender a manejar tus emociones este 2024, toma nota y guarda este post entre tus favoritos: te contamos cómo hacerlo y qué beneficios te aportará. 

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¿Qué es la falta de estabilidad emocional? 

Decimos que hay falta de estabilidad emocional cuando la persona no sabe manejar sus sentimientos de manera asertiva. De hecho, el desequilibrio emocional o inestabilidad es una alteración de la afectividad que puede implicar un trastorno límite de la personalidad. Las personas que sufren de ello presentan fuertes altibajos en las emociones y estado de ánimo sin que haya un motivo aparente que lo justifique. 

Sin embargo, existen muchas personas que se sienten emocionalmente inestables sin que por ello exista un trastorno límite de la personalidad. Esta sensación de pérdida de control en los sentimientos y en cómo los manejamos es, lamentablemente, más común de lo que parece, aunque no por ello debemos normalizarlo. Alcanzar una mejor salud emocional es clave para poder sentirnos plenamente satisfechos con nosotros mismos. 

¿Qué influye en la estabilidad emocional?

Existen numerosos factores que influyen en la estabilidad emocional, desde físicos hasta psicológicos. El más común es el estrés, que se sitúa como la causa principal del desequilibrio emocional. Sin embargo, hay otros aspectos:

  • Cambios en el ritmo de vida o en el metabolismo. 
  • Insomnio y problemas de concentración.
  • Factores genéticos. 
  • La educación que hemos recibido. 
  • Cambios hormonales.
  • Llevar un estilo de vida poco saludable y equilibrado. 

Irónicamente, lograr el equilibrio emocional es muy importante para poder mantener un estilo de vida saludable. Por ello, resulta habitual encontrarnos con casos de personas que, para poder hacer frente a las causas de su inestabilidad, primero deben encontrar la forma de equilibrar su mente. 

¿Cómo saber si soy una persona emocionalmente estable?

Uno de los principales síntomas del desequilibrio emocional es el cambio brusco del estado de ánimo. Las personas que no están equilibradas suelen pasar de la euforia a la tristeza con gran facilidad, y viceversa. Algunos de los rasgos de una persona emocionalmente inestable son: 

  • Sienten un gran optimismo, cariño e ilusión por todo y todos los que le rodean.
  • La presencia de fases de tristeza con desmotivación, desinterés y abatimiento generalizado que afecta a sus relaciones interpersonales. 
  • La persona empieza proyectos con mucha motivación y los abandona en la fase de tristeza al perder el interés. 
  • Tienen baja o nula tolerancia a la frustración. 
  • Presentan dificultad a la hora de separar los aspectos de su vida como el trabajo o la familia. 
  • Tienen una baja autoestima. 

En cambio, las características de una persona estable son:

  • Experimenta emociones positivas antes que negativas. 
  • Valora la vida en equilibrio. 
  • Tiene una correcta gestión de sus emociones; se enfada menos, es menos intensa y conoce las emociones propias y ajenas. 
  • Tiene tolerancia a la frustración.
  • Puede concentrarse mejor. 
  • Tiene autocontrol. 
  • Persevera y es constante en aquello que la motiva. 
  • Es más resistente al estrés y puede gestionarlo mejor. 
  • Es más seguro/a de sí mismo, tiene más autoestima y autoconfianza. 

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Beneficios de la estabilidad emocional 

El equilibrio mental y emocional tiene, además, muchos beneficios para la salud mental y física de una persona: 

  • Reduce el estrés. Esto se debe a que una persona equilibrada puede manejar el estrés de forma asertiva y gestionar las complejas emociones que conlleva. 
  • Mejora la autoestima. Cuando una persona tiene una actitud positiva y constructiva, puede mejorar su autoestima y autoconfianza. 
  • Mejora las relaciones. Permite conectar con una actitud positiva y constructiva en situaciones de conflicto, lo que mejora la comunicación y ayuda a relacionarnos y entender mejor a los demás. 
  • Fomenta la capacidad de adaptación. La persona que es estable emocionalmente puede hacer frente a los cambios de manera más asertiva que aquella que no sabe cómo gestionarlo. 
  • Mayor capacidad de tomar decisiones. Las personas estables pueden escoger de manera más efectiva entre dos opciones, puesto que tienen una mayor capacidad de análisis y son más racionales. 
  • Mejora la resolución de problemas. Al mantener una actitud positiva, constructiva y calmada es mucho más posible ver todas las opciones y soluciones que se abren ante un problema. 
  • Mejora la salud física. El estrés y la ansiedad están estrechamente vinculados con la aparición de patologías y sintomatologías adversas. Por ello, mantener una buena salud emocional ayuda a prevenirlas. 
  • Produce satisfacción vital. Nos hace sentir más satisfechos con nuestros logros y con la persona en la que nos hemos convertido, al mismo tiempo que nos impulsa a mejorar.

¿Cómo gestionar y vencer la inestabilidad emocional?

Para mejorar la salud mental tienes que cuidar de ti mismo. Presta atención, te vamos a dar cinco consejos que puedes aplicar en tu rutina diaria y de bien seguro te harán sentir mejor. Toma apuntes:

1. Cuida tu alimentación y horas de sueño

En primer lugar, debes saber que la salud física se relaciona con la salud mental. El desgaste de energía es un factor influyente en el estado anímico. Por ello, descansar bien y alimentarse adecuadamente es fundamental para sentirnos con fuerza y vitalidad.

2. Realiza ejercicio físico

Hacer ejercicio también contribuye a mejorar la salud física. Te hará sentir bien con tu cuerpo y contigo mismo. Con el ejercicio liberarás endorfinas, paliarás el estrés y canalizarás mejor las energías negativas. No debes forzarte ni obsesionarte, realiza el deporte que más te guste y utilízalo como medio de desconexión. También sirve dar un paseo por la mañana, disfrutar del amanecer y conectar con la naturaleza para ayudarte a activarte y afrontar el día con mucha positividad.

3. Tómate un respiro y dedica tiempo para ti

Presta atención a tus necesidades y sentimientos. Busca el equilibrio para realizar tus responsabilidades diarias y hacer las cosas que disfrutas. De esta forma, retomarás fuerzas y renovarás energías para afrontar el día a día. Ten claro que cuidar de ti y destinar tiempo a hacer lo que más te gusta contribuirá a liberar tu mente y hacerte sentir bien.

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4. Rodéate de un entorno positivo

Es vital rodearse de buenas personas. Procura que tus relaciones sean sanas y valora quién realmente te aporta y se preocupa por ti. Disfruta de los buenos momentos con tu círculo de amistades, pareja, familia… Tener gente en quien confiar, en la que puedas apoyarte y expresarte te ayudará a recuperarte de los momentos difíciles. Aunque no siempre es fácil, corta con aquellas relaciones que no te hagan bien.

5. Analízate, piensa y exprésate

Evalúa como te sientes, observa tus emociones y reacciones e intenta cambiar o corregir las negativas. Reconocer las emociones y expresarlas te ayudará a canalizar la ansiedad y el malestar. Concéntrate en las cosas positivas de tu vida y valora lo que es realmente importante para ti.