El duelo es un proceso natural que ocurre cuando una persona enfrenta una pérdida significativa, como la muerte de un ser querido, la pérdida de una relación o incluso la pérdida de una oportunidad o un objeto preciado. Este proceso suele ser doloroso, pero es esencial para la adaptación emocional y el bienestar a largo plazo. Sin embargo, cuando se vuelve crónico, intenso o paralizante, hablamos de duelo patológico. ¿Quieres acompañarnos para saber más acerca de cómo detectarlo?
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¿Qué es el duelo patológico?
El duelo patológico, también conocido como duelo complicado o prolongado, ocurre cuando una persona es incapaz de adaptarse de manera saludable a una pérdida. A diferencia del duelo normal, que tiende a atenuarse con el tiempo, el duelo patológico permanece persistente e incluso empeora, afectando gravemente la calidad de vida de la persona.
Este tipo de duelo puede interferir con el funcionamiento diario de la persona, llevándola a una profunda sensación de tristeza, desesperanza y aislamiento. Aunque la duración de un duelo saludable varía según la persona y las circunstancias, generalmente el duelo patológico se identifica cuando la persona no puede recuperarse después de un año o más desde la pérdida. En lugar de experimentar una aceptación progresiva, la persona queda estancada en la negación o en emociones intensas como el enfado, la culpa o la desesperación.
Tipos de duelo patológico
Esta clase de duelo se manifiesta de distintas maneras, y podemos identificar entre los siguientes tipos de duelo:
- Duelo crónico. La tristeza y el dolor persisten durante años sin disminuir en intensidad.
- Duelo retrasado. La persona aparenta sobrellevar la pérdida inicialmente, pero después de un tiempo, sus emociones resurgen de manera intensa.
- Duelo inhibido. El individuo reprime sus emociones, evitando afrontar la pérdida, lo que puede llevar a problemas físicos o psicológicos.
- Duelo exagerado. Las reacciones emocionales son extremas y fuera de proporción, lo que puede generar conductas peligrosas o disfuncionales.
Síntomas de no superar el duelo
Identificar los síntomas del duelo patológico es crucial para brindar apoyo a las personas afectadas y ayudarlas a recibir el tratamiento adecuado. Estos síntomas varían, pero algunos de los más comunes son:
Dolor emocional extremo y persistente
Uno de los principales signos del duelo patológico es el dolor emocional continuo e intenso. Mientras que el dolor inicial de una pérdida es natural, en el caso del duelo patológico este no disminuye con el tiempo, sino que puede intensificarse. La persona siente una tristeza profunda y abrumadora, sin señales de mejoría.
Negación prolongada
El individuo puede tener dificultades para aceptar la pérdida. En algunos casos, puede actuar como si la pérdida no hubiera ocurrido, evitando hablar del tema o manteniendo comportamientos que simulen que la persona fallecida aún está presente. Esta negación prolongada impide el cierre emocional y contribuye a la prolongación del dolor.
Aislamiento social
La persona puede evitar el contacto social, encerrándose en sí misma para no enfrentar conversaciones o situaciones que le recuerden a la pérdida. Este aislamiento puede agravar los sentimientos de soledad y desesperanza, haciendo más difícil la recuperación.
Falta de interés en actividades cotidianas
La pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras o significativas también es un síntoma frecuente del duelo patológico. Las personas afectadas suelen tener dificultades para encontrar alegría o motivación en su vida diaria, lo que puede llevar a problemas como la depresión clínica.
Pensamientos intrusivos sobre la pérdida
Los pensamientos recurrentes sobre la persona fallecida o la situación de pérdida también son una característica importante del duelo patológico. Estos pensamientos pueden ser tan intensos y persistentes que interfieren con la capacidad de la persona para concentrarse en otras áreas de su vida, como el trabajo o las relaciones interpersonales.
Conductas autodestructivas
En algunos casos, las personas que no logran superar el duelo pueden desarrollar conductas autodestructivas, como el abuso de sustancias, comportamientos de riesgo o intentos de autolesión. Estas conductas suelen ser una forma de intentar mitigar el dolor emocional que experimentan.
Ejercicios para superar el duelo patológico
El proceso de superar el duelo patológico puede ser largo y difícil, pero existen ejercicios y herramientas que pueden ayudar a aliviar el dolor y permitir una recuperación emocional. Estos son algunos ejercicios para superar el duelo:
- Diario de emociones. Dedicar tiempo cada día a escribir lo que se siente puede ayudar a exteriorizar el dolor y a tomar consciencia de los pensamientos y emociones que están surgiendo.
- Hablar sobre la pérdida. Compartir recuerdos y emociones puede ayudar a la persona a procesar su duelo, validar su dolor y recibir el apoyo necesario.
- Técnicas de mindfulness. Practicar la meditación y la respiración consciente ayuda a las personas a mantenerse en el presente y a calmar los pensamientos intrusivos.
- Rituales de despedida. Son una forma efectiva de dar cierre a la relación con la persona fallecida o el objeto de la pérdida. No tienen que estar ligados a creencias religiosas, sino que pueden ser actos simbólicos, como plantar un árbol o escribir una carta de despedida.
- Ejercicio físico. Actividades como caminar, correr o practicar yoga pueden liberar endorfinas, que son neurotransmisores asociados con el bienestar. El ejercicio también ayuda a reducir el estrés, mejora el estado de ánimo y proporciona una distracción saludable del dolor emocional.
- Terapia psicológica. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, ha demostrado ser efectiva para ayudar a las personas a cambiar patrones de pensamiento negativo y afrontar su pérdida de una manera más saludable.
El duelo patológico es una condición seria que puede afectar profundamente la vida de una persona. Aprende cómo abordarlo desde el marco de la psicoterapia y accede al máster en salud mental para aprender a equilibrar el bienestar mental. ¡Infórmate!