La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de peligro o estrés. Sin embargo, cuando esta sensación se vuelve excesiva o constante, interfiere con la vida diaria. Actualmente, muchas personas sufren de ansiedad, pero existen maneras para abordarla y tratarla con éxito. En este blog te contamos qué es la ansiedad y cómo se cura para reestablecer el equilibrio mental y emocional de la persona.
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Índice de contenidos
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción caracterizada por sentimientos de preocupación, miedo o inquietud ante situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes. Es parte del mecanismo de supervivencia del cuerpo, diseñado para prepararnos ante el peligro. Pero, a pesar de eso, cuando persiste sin un motivo claro o se presenta de forma intensa, puede convertirse en un trastorno que afecta tanto la salud mental como la física.
Los síntomas de la ansiedad incluyen agitación, dificultad para concentrarse, problemas para dormir, tensión muscular, palpitaciones y sensación de falta de control. A veces, la ansiedad se asocia con ataques de pánico, episodios en los que los síntomas son intensos y repentinos.
10 causas de la ansiedad
Existen muchas causas de la ansiedad, pero entre las más comunes destacan:
- Estrés laboral. El presión constante en el trabajo puede generar altos niveles de ansiedad, especialmente en entornos competitivos o con plazos ajustados.
- Problemas financieros. La inseguridad económica y las deudas pueden provocar una preocupación constante, generando ansiedad.
- Relaciones personales. Conflictos familiares, problemas de pareja o amistades tóxicas pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad.
- Traumas pasados. Experiencias traumáticas, como accidentes, violencia o abusos, pueden desencadenar trastornos de ansiedad postraumática.
- Cambios importantes. Transiciones significativas, como mudanzas, cambios de trabajo o eventos como el nacimiento de un hijo, pueden ser fuente de ansiedad.
- Fobia social. El miedo intenso a ser juzgado o rechazado en situaciones sociales también puede llevar a la ansiedad en entornos públicos.
- Problemas de salud. La causa de la ansiedad también puede ser una condición médica, como enfermedades crónicas o graves.
- Genética. Las personas con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad tienen más probabilidades de desarrollar esta condición.
- Uso de sustancias. El abuso de alcohol, drogas o medicamentos aumenta la vulnerabilidad a sufrir un trastorno de ansiedad.
- Desequilibrio químico. La aparición de la ansiedad puede deberse, también, a un desajuste en los neurotransmisores del cerebro como la serotonina o el cortisol, por ejemplo.
Una vez conocidas las causas, ¿quieres saber qué efectos tiene la ansiedad sobre el cuerpo? Este trastorno también nos afecta al bienestar físico.
¿Cómo se cura la ansiedad?
El tratamiento de la ansiedad depende de la gravedad del trastorno y las necesidades específicas de cada persona. Sin embargo, hay varias opciones que han demostrado ser eficaces, entre las cuales destacan:
- Terapia psicológica. En particular, la terapia cognitivo-conductual es una de las que mejores resultados aporta. Ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos que alimentan la ansiedad.
- Medicamentos. Los médicos pueden recetar medicamentos ansiolíticos o antidepresivos para ayudar a equilibrar los químicos en el cerebro y reducir los síntomas de ansiedad.
- Cambios en el estilo de vida. Adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, ejercicio regular y técnicas de relajación puede ser muy beneficioso para manejar la ansiedad.
- Apoyo social. Contar con una red de apoyo cercana, como amigos o familiares, es crucial para reducir el impacto de la ansiedad en la vida diaria.
- Terapias alternativas. Incluye prácticas como la meditación, el yoga o la atención plena, por ejemplo, que permiten gestionar el estrés y la ansiedad.
Técnicas psicológicas para combatir la ansiedad
El uso de técnicas psicológicas para combatir la ansiedad ha demostrado tener muy buenos resultados, puesto que permite abordarlo desde la raíz. Veamos algunas de las más recomendadas.
Reestructuración cognitiva
Esta técnica consiste en identificar pensamientos negativos o irracionales que alimentan la ansiedad y sustituirlos por ideas más racionales y equilibradas. Durante este proceso, se cuestiona la veracidad de esos pensamientos y se analiza qué pruebas existen tanto a favor como en contra de ellos.
Mediante la reestructuración, la persona aprende a transformar su manera de ver el mundo y las situaciones estresantes, lo que permite reducir su nivel de ansiedad. Con el tiempo, se desarrolla una visión más positiva y menos catastrófica de los eventos diarios.
Estos son algunos ejemplos de pensamientos intrusivos frecuentes en personas con ansiedad.
Exposición gradual
A través de esta técnica, el paciente enfrenta de manera progresiva y controlada las situaciones o estímulos que generan ansiedad. Al principio, se eligen situaciones que generan un nivel moderado de incomodidad y se va avanzando, paso a paso, a otras más desafiantes.
La práctica de la exposición gradual ayuda a desensibilizar la respuesta ansiosa con el tiempo, lo que permite reducir el miedo a medida que se experimenta la situación sin consecuencias negativas. Es especialmente útil en el abordaje de fobias y trastornos de ansiedad social.
Técnicas de relajación
Aplicar la respiración profunda, la relajación muscular progresiva o la meditación guiada ayuda a reducir los niveles de estrés en el cuerpo. Todos ellos están enfocados hacia la promoción de una sensación de calma y control, lo que resulta de gran utilidad en situaciones de ansiedad aguda o para eliminar el estrés acumulado del día a día.
Si te encuentras ante un ataque de pánico y no sabes cómo actuar, estas son algunas técnicas para calmar un ataque de ansiedad.
Mindfulness
Se centra en estar presente en el aquí y el ahora, sin juzgar los pensamientos o emociones que surgen. Mediante la práctica, las personas aprenden a observar sus pensamientos ansiosos sin dejarse llevar por ellos, lo que reduce su impacto emocional. Esta técnica fomenta una mayor conexión con el presente y ayuda a evitar la sobrecarga mental que puede generar la preocupación constante por el futuro o el pasado.
Terapia de aceptación y compromiso
Junto con la cognitivo-conductual, este enfoque psicoterapéutico se utiliza a menudo para tratar la ansiedad. A través de esta técnica, se aprende a vivir con la incomodidad de la ansiedad, mientras se toman decisiones alineadas con lo que realmente es importante para cada individuo. En lugar de enfocarse en eliminar la ansiedad, enseña a cambiar la relación con ella, lo que permite a la persona actuar de manera coherente con sus metas y propósitos. Mediante esta terapia, se liberan recursos mentales y emocionales, lo que facilita un manejo más flexible de los desafíos diarios.
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