El consumo de alcohol y su relación con la ansiedad es un tema complejo y mulifacético. El alcohol, siendo una sustancia depresora del sistema nervioso central, puede tener efectos variados en las personas, desde la relajación temporal hasta el incremento de la ansiedad, especialmente después de su consumo. Veamos con mayor profundidad cuál es la relación entre alcohol y ansiedad.
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¿El alcohol da ansiedad?
El consumo de alcohol puede inducir ansiedad, especialmente cuando se consume en exceso o de manera habitual. Aunque inicialmente puede producir una sensación de relajación y euforia, sus efectos a largo plazo pueden ser perjudiciales para la salud mental.
En pequeñas cantidades, puede tener un efecto ansiolítico (reductor de la ansiedad). Esto se debe a que incrementa la actividad del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico) en el cerebro, lo que provoca una sensación de calma y relajación. Esta es una de las razones por las cuales muchas personas recurren al alcohol para reducir el estrés o la ansiedad en situaciones sociales.
Sin embargo, el consumo regular o excesivo puede llevar a un ciclo de dependencia y ansiedad creciente. Así es cómo el alcohol puede contribuir a la ansiedad:
- Alteraciones químicas en el cerebro. El consumo crónico altera los niveles de neurotransmisores en el cerebro, incluyendo la serotonina y la dopamina, que están relacionadas con el estado de ánimo y la ansiedad. Estas alteraciones pueden llevar a una dependencia física y emocional para sentirse relajado y feliz.
- Síndrome de abstinencia. Cuando una persona que consume regularmente deja de hacerlo, puede experimentar síntomas de abstinencia, que incluyen ansiedad, irritabilidad y temblores. Este síndrome puede ser una barrera significativa para dejar de beber y puede aumentar los niveles de ansiedad en el proceso.
- Problemas de salud mental. El consumo excesivo puede exacerbar o desencadenar trastornos de ansiedad preexistentes. Además, las personas con trastornos de ansiedad son más propensas a usar el alcohol como una forma de automedicación, lo que puede llevar a un ciclo vicioso de consumo y ansiedad.
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Relación entre alcohol y ansiedad
La relación entre alcohol y ansiedad es bidireccional: el alcohol puede causar ansiedad y las personas con ansiedad pueden usar el alcohol para aliviar temporalmente sus síntomas. Esta relación se puede describir en tres etapas principales, que son las siguientes:
Consumo inicial
Al principio, el alcohol puede parecer una solución fácil para aliviar la ansiedad debido a sus efectos relajantes. Las personas pueden experimentar una reducción temporal de la tensión y la ansiedad, lo que refuerza el comportamiento de beber en situaciones de estrés.
Consumo habitual de alcohol
Con el tiempo, la persona puede empezar a depender del alcohol para manejar su ansiedad. Sin embargo, a medida que el consumo aumenta, el cuerpo se adapta y se desarrolla una tolerancia, lo que significa que se necesita más para lograr los mismos efectos calmantes. Esta dependencia puede llevar a un consumo excesivo y a una alteración de los patrones de sueño, lo que a su vez puede incrementar los niveles de ansiedad.
Abstinencia y ansiedad
Cuando una persona deja de consumir, especialmente después de un consumo prolongado o excesivo, puede experimentar síntomas de abstinencia que incluyen ansiedad severa. Estos síntomas pueden durar días o incluso semanas, y pueden ser tan intensos que la persona recurra nuevamente a la bebida para encontrar alivio, lo que perpetua el ciclo de dependencia y ansiedad.
Resaca y ansiedad: ¿por qué aparece?
Otro componente destacado es la aparición de la ansiedad en la resaca. La “ansiedad de resaca” es un síntoma común que incluye una sensación intensa de ansiedad que se experimenta durante la resaca. Veamos algunos aspectos clave respecto a este fenómeno:
- Deshidratación y desequilibrio de electrolitos. Pueden afectar negativamente al cerebro y el sistema nervioso, lo que puede provocar síntomas de ansiedad.
- Bajos niveles de azúcar en sangre. Cuando estos niveles están especialmente bajos pueden causar síntomas como nerviosismo, temblores y ansiedad.
- Alteración de los neurotransmisores. Tras un consumo excesivo, los niveles de neurotransmisores pueden estar fuera de balance y conllevar sentimientos de ansiedad durante la resaca.
- Reflexión y arrepentimiento. A menudo las personas reflexionan sobre la noche anterior y experimentan arrepentimiento, vergüenza o preocupación ante las posibles consecuencias sociales o personales.
- Estrés fisiológico. La resaca es un estado de estrés fisiológico para el cuerpo. El aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, durante una resaca puede contribuir a sentimientos de ansiedad y malestar.
Tanto el consumo excesivo como la resaca tienen un impacto significativo en la aparición y exacerbación de los síntomas de la ansiedad. Regular su consumo es crucial para poder cuidar la salud mental, además de poder seguir adecuadamente una psicoterapia para calmar la ansiedad.
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