Después de un periodo de excesos en las comidas, volver a recuperar los hábitos saludables no resulta nada fácil y en muchas ocasiones las prisas y las ansias por quitarnos esos “kilitos de más” emocionalmente pueden hacernos el efecto contrario y en vez de implementar una dieta sana y llevar una buena alimentación recurrimos a los atracones de comida, entonces aparecen síntomas de culpabilidad y frustración. El hecho de no conseguir el propósito y fracasar tantas veces en exigirnos realizar dietas estrictas o prohibiciones a la hora de comer puede obsesionarnos convirtiéndose en un trastorno alimentario.
¿Sientes esa necesidad de comer de forma impulsiva e incontrolada? Entonces, presta atención al artículo, te daremos varias pautas para gestionar la ansiedad en las comidas y evitar los atracones. Y si lo que quieres es formarte profesionalmente en el ámbito de los Trastornos Alimenticios puedes cursar el Master en Trastornos de la Conducta Alimentaria + Máster en Prevención de la Anorexia y la Bulimia o el Máster Experto en Obesidad y Mejora de la Nutrición + Máster Experto en Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Índice de contenidos
¿Por qué se producen los atracones de comida?
El hambre y las emociones están severamente relacionados. Muchas veces comemos por aburrimiento, tristeza, estrés, frustración, ansiedad, depresión, baja autoestima o algún desajuste emocional, entre otros motivos. La confusión de dichos sentimientos nos dificulta reconocer si estamos comiendo por una sensación de hambre real o hambre emocional.
Las emociones negativas son las que llevan a la persona a comer de forma impulsiva e incontrolada recurriendo así a los atracones de comida para tratar de aliviar momentáneamente dichos sentimientos. La satisfacción es a corto plazo, pero el problema permanece y a la larga aumentan y se agravan los sentimientos negativos con más probabilidades de entrar en un bucle vicioso. En consecuencia, esa forma compulsiva de comer, vinculada con el hambre emocional, puede causarnos graves consecuencias.
Consecuencias psicológicas de los atracones
Según los expertos, el hambre emocional puede incrementar el riesgo de trastornos alimenticios como la anorexia, la bulimia o bulimia nerviosa, la obesidad o los trastornos obsesivos compulsivos relacionados con la alimentación.
Trucos para no comer compulsivamente
Identificar las emociones, recibir apoyo profesional y comer sin prisas y de forma consciente, además de mantener un estilo de vida activo y saludable, son algunos de los trucos para no comer de forma compulsiva.
Reconocer los sentimientos
Debes ser crítico y objetivo contigo mismo. Reconocer las emociones y expresarlas te ayudara a canalizar la ansiedad y el mal estar. Poner nombre a las cosas va a ayudarte a ser consciente de que necesitas ayuda y te permitirá actuar.
Recibir ayuda profesional
Sin obviar la atención de un psicólogo, que es el profesional especializado con las problemáticas de la mente, también puedes respaldarte con la ayuda de un especialista en nutrición el cuál te proporcionara la información necesaria sobre como llevar una alimentación sana, rica en nutrientes y calidad energética en base a tus necesidades.
Dedicarse tiempo
Como ya hemos mencionado uno de los factores más influyentes son el estrés y la ansiedad. debes darte tiempo y cuidarte, fortalecer la relación contigo mismo y tus emociones.
Buscar alternativas para manejar las emociones. Hacer cosas para distraerte de esa ansiedad que te provoca comer sin hambre. Ten claro que cuidar de ti y destinar tiempo a hacer lo que más te gusta contribuirán a liberar tu mente y hacerte sentir bien. Eso sí, es importante realizar actividades enfocadas a complacer la emoción, dales importancia a las cosas que verdaderamente te aporten e intenta fijarte en los detalles, aprecia y valora positivamente lo que hagas en cada momento.
Activarse
Mantenerte activo físicamente va a ayudarte a sentirte mejor. El movimiento, aparte de proporcionar buena forma física aporta varios beneficios a nivel psicológico.
Realizando ejercicio el sistema nervioso genera endorfinas, unas hormonas que proporcionan bienestar reduciendo así la sensación de estrés, ansiedad y depresión. Por lo tanto, moverte contribuirá a que tengas un mejor concepto de ti mismo, mejorando a su vez tu optimismo y autoestima.
Planificarse las comidas
Crea una planificación semanal de las comidas de ese modo crearas una rutina alimentaria organizada y evitarás descontrolarte. Una buena opción es el “Batch cooking” que consiste en cocinar un día para el resto de la semana.
Establecer un vínculo con los alimentos va a incrementar su valor emocional, por ello:
- Planifica bien la compra semanal
- Dedica tiempo a preparar platos curiosos
- Prioriza la compra de proximidad y en el mercado con alimentos saludables, naturales y sostenibles.
- Compra consciente
Comer de forma consciente
Céntrate a la hora de comer y evalúa tu hambre fisiológica. Cuando comas, come. Es decir, procura ir despacio, con tranquilidad y sin distracciones. Es importante masticar bien y saborear la comida.
Apostar por un estilo de vida saludable
Una buena salud es la base para sentirse bien, se trata de encontrar el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Por ello, trata de implementar hábitos alimenticios saludables para estar en forma durante el año entero. La mejor opción es iniciar el cambio hacia un estilo de vida sano y activo. Educar progresivamente al cuerpo y la mente va a ayudarte a sentirte cada vez mejor y evitar los atracones de comida.
Ten presente que comer bien es garantía de que vas por el buen camino, pero no significa que los resultados sean inmediatos. Debes aceptar que el cambio requiere de cierto esfuerzo y así podrá durar para siempre.