Autoconcepto y autoestima son dos conceptos psicológicos que suelen utilizarse como sinónimos, pero tienen notables diferencias. Se trata de dos elementos clave en la psicología y el desarrollo de una relación saludable con uno mismo. Por eso, exploraremos estos dos elementos y sus principales diferencias: ¡quédate para conocerlo!

¿Qué es el autoconcepto y cómo se desarrolla?

El autoconocimiento se refiere a la percepción que una persona tiene de sí misma, incluyendo sus atributos, habilidades, características y roles. Se trata de una construcción mental que abarca cómo una persona se ve a sí misma en diversas áreas de la vida (social, académica, física y emocional).

El desarrollo del autoconcepto comienza en la infancia y continúa a lo largo de la vida. Durante la niñez, se forma principalmente a través de interacciones con los padres y cuidadores. Por ejemplo, si un niño recibe elogios por su capacidad para resolver problemas, es probable que desarrolle un concepto de sí mismo positivo en relación con su inteligencia y habilidades cognitivas.

A medida que los niños crecen y comienzan a interactuar con sus compañeros y otros adultos, el autoconcepto se vuelve más complejo y matizado. Los adolescentes, en particular, experimentan cambios significativos en su autoconcepto debido a la búsqueda de identidad y la influencia de sus pares.

En la adultez, el autoconcepto sigue evolucionando a medida que las personas enfrentan nuevas experiencias y desafíos. La carrera profesional, las relaciones personales y los logros individuales continúan moldeando cómo las personas se perciben a sí mismas.

Cómo construir nuestro autoconcepto

Construir un autoconcepto saludable es esencial para el bienestar psicológico y emocional. Algunas maneras de hacerlo son:

  • Autoexploración y reflexión. Tomarse tiempo para reflexionar sobre uno mismo y explorar las propias fortalezas, debilidades, intereses y valores es básico.
  • Establecer metas realistas. Y trabajar hacia ellas, lo que puede ayudar a construir un sentido de competencia y logro. Las metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y limitadas en el tiempo.
  • Aceptación de uno mismo. Aceptar y reconocer las propias limitaciones es crucial para construir un autoconcepto saludable. Esto implica ser amable y compasivo con uno mismo y entender que nadie es perfecto.
  • Búsqueda de retroalimentación positiva. Rodearse de personas que proporcionan apoyo y reconocimiento puede tener un impacto significativo en cómo nos vemos a nosotros mismos.
  • Enfrentar nuevos desafíos. Tomar riesgos y enfrentarse a nuevas experiencias ayuda a expandir el autoconcepto. Cada desafío superado se añade a la percepción de lo que somos capaces de lograr.
  • Evitar comparaciones negativas. Compararse con los demás de manera negativa daña el autoconcepto. Por eso, es importante enfocarse en el propio progreso y logros en lugar de medir el éxito en relación con los demás.

Cómo se forma la autoestima

La autoestima se refiere a la valoración emocional que una persona tiene de sí misma. Es la medida en que se siente digna, valiosa y capaz. Igual que ocurre con el autoconcepto, la formación de la autoestima comienza en la infancia y está influenciada por las interacciones con los cuidadores y el entorno social. Los niños que reciben amor, apoyo y reconocimiento desarrollan, habitualmente, una autoestima saludable. Por otro lado, aquellos que experimentan críticas constantes, rechazo o negligencia pueden tener una autoestima baja.

Durante la adolescencia, la autoestima puede fluctuar a causa de los cambios físicos, emocionales y sociales. La aceptación por parte de los pares, el rendimiento académico y la percepción del propio cuerpo juegan un papel importante en la autoestima durante esta etapa.

Ya en la edad adulta, la autoestima sigue moldeándose a través de las experiencias vitales, lo que incluye relaciones personales, éxito profesional y las propias percepciones de competencia y valía. La autoestima puede ser influenciada tanto por factores internos como por factores externos.

No te pierdas estos ejercicios para fortalecer la autoestima.

Diferencias entre autoconcepto y autoestima

Hemos comentado extensamente cómo se forman ambos, pero ahora es el momento de poner el foco en las diferencias entre autoconcepto y autoestima. Estas son:

Definición

Por su parte, el autoconcepto es la percepción cognitiva que una persona tiene de sí misma. Incluye una serie de creencias sobre las propias habilidades, atributos y roles. Por otro lado, la autoestima se define como la valoración emocional que hace una persona sobre sí misma. Es cómo se siente acerca de su propio valor y dignidad.

Componentes

El autoconcepto abarca varios aspectos de la identidad de una persona, como el físico, social, académico y emocional. Por otro lado, la autoestima es una evaluación global de uno mismo y puede ser de dos tipos: positiva o negativa.

Influencia

La percepción que uno tiene sobre sí mismo se forma a través de experiencias, interacciones sociales y reflexiones personales. Es una construcción más objetiva y descriptiva. En cambio, la autoestima está influenciada por cómo una persona se interpreta y se evalúa, tratándose, además, de una construcción más subjetiva y emocional.

Relación

El autoconcepto y la autoestima están interrelacionados, ya que una evaluación positiva del autoconcepto puede llevar a una alta autoestima, y viceversa. Sin embargo, una persona puede tener un autoconcepto realista y detallado, pero aún así tener una autoestima baja si evalúa negativamente estos aspectos de sí misma.

No te pierdas: La escala de autoestima de Rosenberg.

Desarrollo

La idea que uno tiene sobre sí mismo se desarrolla a lo largo del tiempo a medida que las personas adquieren nuevas experiencias y conocimientos sobre sí mismas. La autoestima, por su lado, puede fluctuar más frecuentemente en respuesta a eventos de la vida, éxitos, fracasos y retroalimentación social.

Impacto en el comportamiento

Un autoconcepto positivo puede motivar a las personas a perseguir metas y enfrentar desafíos con confianza. En el caso de una alta autoestima, puede proporcionar la resiliencia emocional que necesita para superar obstáculos y mantener una perspectiva positiva.

Evaluación externa vs. interna

El autoconcepto puede estar más influenciado por cómo una persona cree que es percibida por los demás. La autoestima se basa más en la evaluación interna y emocional de uno mismo, aunque también puede verse influenciada por la retroalimentación externa.

Todos estos conceptos son vitales a la hora de evaluar la salud mental de una persona, puesto que tanto la autoestima como el autoconcepto juegan un papel clave en cómo se siento consigo misma. Por ello, poner en práctica varios ejercicios para mejorar la autoestima y potenciar sus habilidades y fortalezas es clave en cualquier psicoterapia.

Aprende más sobre ello: fórmate en salud mental y accede a un programa avanzado en el ámbito. ¡Matricúlate!

Máster en Salud Mental