La relación entre serotonina y depresión ha sido clave para entender y tratar los trastornos del estado de ánimo. Este neurotransmisor se conoce como “hormona de la felicidad” y tiene un enorme impacto en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el apetito y otros procesos emocionales y fisiológicos.

¿Qué es la serotonina?

La serotonina es un neurotransmisor, una sustancia química que permite la comunicación entre las neuronas en el cerebro. Se sintetiza a partir del aminoácido triptófano y desempeña un papel crucial en la regulación de diversas funciones corporales y mentales. Se incluyen el estado de ánimo, el sueño, el apetito, la digestión, la memoria y el aprendizaje.

En el cerebro, la serotonina se encuentra principalmente en regiones como el tronco encefálico, pero afecta a otras áreas como el hipotálamo y la corteza cerebral. También tiene funciones en otras partes del cuerpo, como en el sistema digestivo, donde regula la motilidad intestinal.

La serotonina es conocida popularmente como la “hormona de la felicidad” debido a su influencia en la regulación del estado de ánimo. Niveles adecuados de serotonina están asociados con sensaciones de bienestar y estabilidad emocional. Pero, cuando estos niveles son anormalmente bajos, pueden surgir problemas como los trastornos depresivos, de ansiedad u otros desequilibrios de salud mental.

Conoce cuál es el vínculo entre ansiedad y serotonina.

Inhibidores de la recaptación de serotonina y depresión

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se utilizan para tratar la depresión y otros trastornos. Funcionan al aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo y aliviar los síntomas.

¿Cómo funcionan los ISRS?

En condiciones normales, la serotonina se libera por una neurona en una sinapsis (el espacio entre dos neuronas) y luego se une a los receptores de la neurona adyacente, transmitiendo señales químicas que influyen en el estado de ánimo y otras funciones. Después de realizar su función, la serotonina es reabsorbida por la neurona original en un proceso llamado recaptación.

Los ISRS actúan bloqueando esta recaptación de serotonina, permitiendo que permanezca más tiempo en la sinapsis y aumentando la posibilidad de que se una a los receptores en la neurona siguiente. Este proceso incrementa la señalización de la serotonina, lo que puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión.

Algunos ejemplos de ISRS son:

  • Fluoxetina (Prozac).
  • Sertralina (Zoloft).
  • Citalopram (Celexa).
  • Escitalopram (Lexapro).
  • Paroxetina (Paxil).

Así es cómo funciona un cerebro con depresión

¿Qué tiene que ver la serotonina con la depresión?

Tradicionalmente, la hipótesis más aceptada es que la depresión está asociada con niveles bajos de serotonina en el cerebro, lo que contribuye a los síntomas depresivos como la tristeza, la pérdida de interés en actividades, la fatiga y la dificultad para concentrarse. Esta teoría se basa en observaciones de que muchas personas con depresión presentan una mejoría significativa de sus síntomas cuando se les administran ISRS, que aumentan la disponibilidad de serotonina en el cerebro.

Sin embargo, aunque la hipótesis de la serotonina ha sido útil para desarrollar tratamientos eficaces, como los ISRS, no explica completamente la depresión. No todas las personas con depresión tienen bajos niveles de serotonina, y no todas responden a los ISRS, lo que indica que la depresión es un trastorno multifacético que involucra múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales.

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