La presión social respecto a la imagen, la cultura de la dieta, los rasgos de la personalidad o la genética son factores de riesgo que acentúan la posibilidad de desarrollar diferentes tipos de trastornos alimenticios. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son alteraciones que van mucho más allá de la comida. Y es que estas enfermedades afectan de forma severa a la salud física y emocional, repercutiendo en el día a día de la persona.
Veamos qué es un trastorno de la alimentación, cuáles son los TCA más comunes y qué causas tienen detrás.
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Índice de contenidos
¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA)?
Un trastorno de la conducta alimentaria es una enfermedad que provoca graves alteraciones en el consumo de alimentos, produciéndose conductas que van desde no ingerir nada hasta hacerlo de forma descontrolada.
Es importante saber que un trastorno de la alimentación o trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es mucho más que un problema alimentario, ya que afecta tanto a la salud física como psicológica de la persona. De ahí que, más allá de recibir asesoramiento nutricional, quien padece una anorexia, una bulimia u otro tipo de TCA, necesite apoyo psicológico y atención médica para superar el trastorno.
¿Cuáles son los tipos de trastornos alimenticios más comunes?
Entre los tipos de trastornos alimenticios más frecuentes destaca la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción en la ingesta de alimentos.
En cualquier caso, es indispensable recibir atención médica y psicológica para evaluar los síntomas, establecer un diagnóstico y pautar el tratamiento más adecuado a cada TCA.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación basado en la “restricción en el consumo de alimentos que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el desarrollo y la salud física”, según la definición del DSM-V, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
La persona que padece anorexia presenta síntomas como:
- Tener una alimentación exageradamente restrictiva.
- Tomar laxantes y suplementos diuréticos.
- Provocarse el vómito después de comer.
- Mostrar un temor desmesurado ante la posibilidad de subir de peso.
- Percibir la figura corporal de forma distorsionada.
- Mantenerse en un esfuerzo constante en perder peso, aun cuando este es bajo y pone en riesgo la salud en general.
- Ejercitarse de forma exagerada para estimular la pérdida de peso.
La pérdida de masa muscular, la anemia, el desgaste y la debilidad muscular, el estreñimiento severo o los daños cerebrales y cardiovasculares, son algunos de las principales consecuencias de la anorexia, una enfermedad que puede llegar a ser letal.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa es un trastorno de la alimentación basado en la ingesta por atracón seguida de comportamientos compensatorios para evitar el aumento de peso.
Los síntomas de la bulimia nerviosa son:
- Hacer atracones de comida de forma recurrente, dándose de dos tipos:
- Comiendo en un periodo de dos horas una cantidad de alimentos desorbitada en comparación a lo que la mayoría de personas comería en un tiempo y situación semejante.
- Teniendo la sensación de no poder dejar de comer o controlar qué y cuánto se ingiere.
- Llevar a cabo compensaciones inapropiadas tras los atracones, como provocarse el vómito, consumir laxantes y diuréticos, ayunar en exceso o hacer ejercicio de forma desproporcionada.
Las consecuencias de la bulimia nerviosa están relacionadas con: inflamación de las glándulas salivales en la zona de la garganta, un desgaste del esmalte dental, deshidratación severa por las purgas, niveles inadecuados de electrolitos, irritación intestinal, reflujo y/o ácido, entre otros problemas gastrointestinales.
Trastorno por atracón
También conocido como trastorno alimentario compulsivo, el trastorno por atracón se caracteriza por episodios recurrentes de consumo de alimentos en enormes cantidades y de forma descontrolada. Se diferencia de la bulimia porque en el trastorno por atracón no se producen vómitos autoinducidos, actividad física en exceso ni ayunos prolongados.
Entre los síntomas del trastorno por atracón destacan:
- Consumo de grandes cantidades de alimentos sin control y en un periodo corto de tiempo (dos horas, por ejemplo).
- La ingesta se da de forma rápida e incluso teniendo lleno el estómago o sin tener hambre.
- La persona come en solitario para evitar ser visto y/o juzgado.
- Los atracones generan sentimientos de culpabilidad, vergüenza y malestar.
- Tendencia a realizar dietas para perder peso de forma recurrente que, por regla general no dan los resultados deseados.
Para diagnosticarse un trastorno por atracón, según los criterios del DSM-V, la persona debe presentar episodios de ingesta excesiva y compulsiva al menos una vez a la semana y durante un periodo de tres meses consecutivos.
Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos
El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos se produce cuando la persona no cubre las necesidades nutricionales diarias y evita ciertas comidas por cuestiones sensoriales, como la textura, el olor o el sabor. Por lo que se sigue una alimentación muy selectiva, restringiéndose varios grupos de alimentos.
A diferencia de la anorexia, en este caso, la restricción alimentaria no se produce por una distorsión en la imagen corporal ni por miedo a subir de peso. Pero, al reducirse en exceso la ingesta alimentaria, las consecuencias también pueden ser graves, dándose una drástica pérdida de peso, molestias estomacales y un completo desinterés por la comida.
Se trata de uno de los tipos de trastornos alimenticios más comunes en la infancia media, ya que, en comparación a otros TCA, se da de forma más temprana.
Causas de los trastornos alimenticios
Como hemos visto, existen diferentes tipos de trastornos alimenticios y, realmente, los factores de riesgo pueden variar de uno a otro. No obstante existen aspectos que, en general, influyen en la aparición de cualquier tipo de TCA:
- Predisposición genética y antecedentes familiares.
- Baja autoestima, impulsividad y otros rasgos psicológicos.
- Influencia de la dieta restrictiva, que termina produciendo más problemas de control sobre la ingesta alimentaria y la percepción de la imagen.
- Modelo de belleza impuesto por la sociedad y estereotipos extendidos que “determinan” un ideal de figura atractiva.
En definitiva, hay varios factores que pueden incrementar la probabilidad de desarrollar un TCA, por ello, los distintos tipos de trastornos alimenticios son enfermedades multicausales, donde intervienen factores tanto genéticos, como ambientales y psicosociales.
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