Una de las prioridades de las empresas debería ser: gestionar y solucionar un conflicto laboral. Conseguir un buen equilibro en el ambiente de trabajo es clave para que los empleados se sientan más satisfechos, motivados y que a la vez sean más productivos. De lo contrario, la atmósfera laboral será negativa y terminará repercutiendo en la salud física y mental de los trabajadores, además de perjudicar el rendimiento de los negocios.
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Índice de contenidos
¿Qué es un conflicto laboral en una empresa?
Se entiende por conflicto laboral una mala relación entre dos o más trabajadores de la misma empresa que repercute en la función que desarrollan dentro de la compañía.
Un conflicto en el trabajo se puede detectar por la presencia de discusiones o la falta de confianza entre los compañeros, pero siempre hay alguna causa que lo provoca. Y qué rasgos comunes tienen este tipo de enfrentamientos? Estas son sus principales características de los conflictos laborales en una empresa:
- La mayor parte de las veces son frecuentes e inevitables.
- Son perjudiciales porque generan dificultades en el trabajo, lo que supone un riesgo si no se gestionan de la forma adecuada.
- En determinados casos y, hasta cierto punto, pueden ser óptimos, siempre y cuando los desacuerdos impliquen una oportunidad de mejora. Compartir diferentes puntos de vista puede ser positivo para potenciar las soft skills y mejorar la satisfacción laboral.
En el caso de que en una empresa se detecten demasiadas disputas o estas sean recurrentes, es necesario llevar a cabo una serie de medidas de resolución de conflictos para asegurar el bienestar de los empleados y preservar la productividad.
Tipos de conflictos laborales y ejemplos
Para solucionar un conflicto laboral, es importante conocer los tipos de conflictos o disputas que se pueden producir en el trabajo, lo cual ayudará a valorar si tienen una finalidad positiva o, de lo contrario, ponen en riesgo la salud de los trabajadores y la productividad general:
- Conflictos funcionales. Una vez resueltos pueden aportar bienestar a la empresa. Un ejemplo sería cuando dos departamentos discuten cuál es la mejor forma de llevar a cabo un proceso.
- Conflictos disfuncionales. Al contrario que el anterior, estas disputas afectan negativamente a los trabajadores y a la propia empresa porque la desvía de conseguir sus objetivos. Ejemplo de ello es cualquier tipo de disputa que tengan dos departamentos de la misma empresa donde se alejen de los objetivos, ya sea por orgullo o por disconformidad.
Los tipos de conflictos laborales también se pueden clasificar según las personas implicadas en ellos:
- Conflictos intrapersonales: lo experimentan las personas que pueden estar disconformes con las tareas o los objetivos que le han asignado.
- Conflictos interpersonales: son discusiones que surgen entre diferentes integrantes de la empresa. Por ejemplo, una persona tiene una opinión que discrepa con la del otro compañero.
- Conflictos intragrupales: este tipo de conflicto laboral se produce cuando varios miembros de un mismo equipo están en desacuerdo. Por ejemplo, cuando los colectivos deben llevar a cabo un proyecto y no se ponen de acuerdo con las estrategias a implementar.
- Conflictos intergrupales: es la misma dinámica que la anterior pero, en este caso, la discusión es entre los miembros de distintos grupos.
Cómo solucionar un conflicto laboral
Para resolver conflictos laborales son necesarias dos pautas genéricas: detectar a tiempo la disputa para evitar que se convierta en un problema más grave y, en segundo lugar, tener un plan de actuación para manejar el conflicto y obtener una solución efectiva que beneficie a todas las partes implicadas.
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