El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por el deterioro cognitivo de la memoria, el pensamiento y el comportamiento. A medida que la población envejece, la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado y generado interés y preocupación acerca de si es posible prevenirlo y tratarlo. Aunque a día de hoy no existe una cura para el Alzheimer, la investigación ha identificado varios factores que pueden reducir el riesgo. Entonces, ¿cómo prevenir el Alzheimer? Veamos algunos de los aspectos importante a la hora de retrasar su aparición.

¿Se puede prevenir el Alzheimer?

Esta es una pregunta compleja. Aunque no se ha encontrado una forma definitiva de prevención, los estudios sugieren que ciertos factores de estilo de vida, hábitos saludables y medidas preventivas pueden reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer o retrasar su aparición. Por ello, si nos preguntamos cómo prevenir el Alzheimer, la respuesta está en modificar los factores de riesgo asociados a la enfermedad y mantener una óptima salud cerebral a lo largo de la vida.

El Alzheimer tiene una etiología multifactorial, lo que significa que su desarrollo está influenciado por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Estos factores genéticos pueden aumentar el riesgo, pero no determinan de manera absoluta si una persona desarrollará o no Alzheimer.

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¿A partir de qué edad empieza el Alzheimer?

El Alzheimer es más común en personas mayores de 65 años, y la incidencia de la enfermedad aumenta con la edad. Sin embargo, el Alzheimer de inicio temprano, que afecta a personas menores de 65 años, también es posible, aunque es menos frecuente. En la mayoría de los casos, el Alzheimer de inicio temprano está asociado con factores genéticos específicos.

En términos generales, el Alzheimer de inicio tardío, que es el tipo más común, comienza a manifestarse en personas mayores de 65 años. A partir de esa edad, el riesgo de desarrollar la enfermedad se duplica aproximadamente cada cinco años. Para las personas mayores de 85 años, el riesgo es significativamente mayor, con alrededor del 30% al 50% de los individuos en este grupo de edad afectado por la enfermedad.

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Cómo prevenir el Alzheimer

La prevención del Alzheimer se centra en reducir los factores de riesgo asociados con la enfermedad y promover la salud cerebral. Así es cómo prevenir el Alzheimer:

Mantener una actividad física regular

La actividad física ayuda a mejorar el flujo sanguíneo al cerebro, reduce la inflamación y promueve el crecimiento de nuevas neuronas. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar, por ejemplo. El ejercicio también puede ayudar a reducir otros factores de riesgo como la obesidad, la diabetes y al hipertensión, asociados con un mayor riesgo de Alzheimer.

Adoptar una dieta saludable

La dieta mediterránea, que es rica en frutas, verduras, cereales integrales, pescado, aceite de oliva y nueces, ha demostrado tener un efecto protector contra el Alzheimer. Esta dieta es rica en antioxidantes, que ayudan a proteger las células cerebrales del daño y en ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud del cerebro. Reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares también es importante para mantener la salud cerebral y prevenir enfermedades cardiovasculares, que son factores de riesgo para el Alzheimer.

Estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva puede incluir actividades como leer, aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento musical, resolver rompecabezas o juegos de memoria. Estas actividades ayudan a fortalecer las conexiones neuronales y pueden retrasar la aparición de los síntomas del Alzheimer. Además, la educación continua y participar en actividades intelectualmente desafiantes a lo largo de la vida está asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Pon en práctica estos 7 ejercicios de estimulación cognitiva para fortalecer las conexiones entre las neuronas.

Controlar la presión arterial y el colesterol

La hipertensión y el colesterol alto son factores de riesgo conocidos para el Alzheimer, ya que pueden dañar los vasos sanguíneos del cerebro y contribuir a la formación de placas de beta-amiloide. Es esencial controlar la presión arterial y los niveles de colesterol a través de una dieta saludable, ejercicio regular y, si es necesario, medicación. Mantener la salud cardiovascular también es fundamental, ya que el cerebro depende de un suministro adecuado de sangre rica en oxígeno para funcionar correctamente.

Evitar el tabaquismo y limitar el consumo de alcohol

Fumar está asociado con un mayor riesgo de Alzheimer, ya que puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar la inflamación en el cerebro. Dejar de fumar es una de las mejores decisiones que se pueden tomar para reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.

En cuanto al alcohol, el consumo excesivo también está asociado con un mayor riesgo de Alzheimer. Por ello, es importante reducir el consumo de bebidas alcohólicas y moderarse en situaciones en las que sea difícil abstenerse.

Manejo del estrés y la salud mental

El estrés crónico y los trastornos de salud mental, como la depresión, han sido asociados con un mayor riesgo de Alzheimer. Es importante aprender a manejar el estrés a través de técnicas de relajación como el yoga, la meditación o las respiraciones profundas. Además, mantener un equilibrio emocional y socializar de manera regular puede reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.

Dormir adecuadamente

Durante el sueño, el cerebro elimina las toxinas, incluidas las proteínas beta-amiloide, que pueden contribuir al Alzheimer. Los estudios han demostrado que la falta de sueño o los trastornos del sueño, como la apnea del sueño, están asociados con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Se recomienda mantener una rutina de sueño regular y asegurarse de dormir entre 7 y 9 horas por noche para proteger la salud cerebral.

Participación social activa

La soledad y el aislamiento social pueden aumentar el riesgo de Alzheimer. Mantenerse socialmente activo y participar en actividades comunitarias, clubes o simplemente mantener contacto regular con amigos y familiares, es importante para la salud cerebral. Las interacciones sociales estimulan el cerebro y ayudan a mantener las funciones cognitivas a lo largo del tiempo.

Evaluación y monitoreo regular de la salud

Realizar chequeos médicos regulares para controlar factores de riesgo como la presión arterial, el colesterol y la diabetes es crucial en la prevención del Alzheimer. Además, estar atento a los cambios en la memoria o en las capacidades cognitivas y buscar atención médica temprana si se observan signos de deterioro cognitivo puede permitir una intervención temprana, que es clave para retrasar el progreso de la enfermedad.

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